sábado, 23 de agosto de 2008

Veredicto y capítulos atrasados

Bueno, bueno, bueno... Anda que no ha llovido en estos últimos días. Veredicto: por fin vivo respirando aire de tierra. Todo ya va marchando con su tempo exacto, preciso, incoloro, cierto.

El otro día recorde aquella remota tarde en la que acudí, con calidad de invitado, a la tarde literaria del colegio Los Sauces de La Moraleja proletariamente burguesa. Una chica que cursaba 2º de ESO empezó a decir que sólo se podía escribir poesía con un sentimiento de por medio; vamos, que la niña decía que la escritura provenía esencialmente de los sentimientos y no sé qué no sé cuantos. A mí, obscenamente, me toco eso tan varonil y salí al encuentro de la discusión. "Mira, que está muy bien tu argumento y yo, en parte, lo comparto y, por lo general, lo respeto (como no), pero opino que la poesía es aire, es vida, es todo... No sólo se hacen poemas de sentimientos, también se pueden hacer versos con otras cosas como, por ejemplo, con una cortina" (la cortina verde que cubría la ventana fue lo primero que vieron mis ojos). Todos rieron (inclusive yo) pero de nada me servió porque mi querida antagonista era cabezota como una mula y (como me recordó la buena de Aurora) muy visceral.
En fin, que al recortar este episodio se inició la composición de una décima en mi cabeza para la pobre cortina:

Cortina verde hecha grana
que coloquias con el viento,
te anuncian sin sentimiento
en frente de la ventana.
¿Qué nombre darte: fulana,
simple o, por variar, objeto?
Me metes en un aprieto
por buscar verso a tu día
sin contar con poesía:
¡vaya intestinal decreto!

Y por todos los demás episodios del momento actual, el verano sigue su cauce, curso y caudal pues como tiene que seguirlo: con vaguería, piscina, amigos, vicios y sueños.

Bendita chispa de la adolescencia que recupero de golpe. Ésto me aleja de muchos años atrás y me renueva en un realista futuro. ¡Cojones!

"... sed libera nos a malo".


Salud y mucha suerte.

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