sábado, 16 de agosto de 2008

Un adoquín inteligente

Estoy aprendiendo a manejar el abanico con la siniestra.
Qué asco la igualdad que es todo el rato lo mismo...

Me imagino ahora, bohemio, rapsódico total paseando por los alrededores del acueducto. Llevo un paraguas en mano ya que, por lo que sé, hoy el temporal anda algo lluvioso. Encuentro una pequeña terraza, me acerco y pido una cerveza con limón. El suelo continua oliendo a piedra húmeda. Saco un panfleto del bolsillo, lo leo, pienso. Enciendo a su vez un cigarro y admiro la estampa que, poco a poco, se va "anocheciendo". He quedado para charlar. Estoy sereno; la velada va ha ser preciosa con ella, hace ya tiempo que la llevaba echando de menos.

Ahora continuo con mi profesión de "acoplado" (¡y no se me caen los anillos!).

"...fiat volúntas tua, sicut in caelo et in terra".


Mucha suerte.



Porque hay cosas que inciden las palabras...

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