jueves, 17 de julio de 2008

Periplo leve, madrileño

Esta tarde estuve con mis incambiables colegas Chapa y Coke por las calles viejas y variopintas que guardan el Madrid antiguo. En el metro ya se notaba esa sensación a metrópoli, a capital, a nudo indisoluble de culturas y gentes. Estuvimos viendo guitarras y muchísimos libros para quemar las horas muertas del verano. Coke buscaba la Divina comedia de Dante en una edición grande, de coleccionista, ya que posee una extraña y graciosa fobia hacia los libros de bolsillo. Más tarde, descansamos nuestro paseo en la Plaza Mayor escuchando dos violines, un órgano eléctronico y un contrabajo por el módico precio de 30 céntimos. Fue celestial recrear el Canon de Pachelbel...
En la puerta de La Casa del Libro, en Gran Vía, encontre a un poeta que, a cambio de cuatro monedas indecididas, te regalaba su arte.

"Puesto ya el pie en el estribo,
con las ansias de la muerte,
gran señor, ésta te escribo."

Miguel de Cervantes


Mucha suerte.

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