Salí aturdido del partido... mal, sin ganas ya. Qué terrible. No encontraba una razón, ideal o pensamiento exacto... no encontraba nada. Se me olvidó detenerme, silenciar mi circunstancia y dialogar con cabeza conmigo mismo. Toda la felicidad, la sonrisa y el sentido los había centrado en una sola cosa; y esa cosa se me derrumbo. No llego a derrumbarse, simplemente fue distinto. Ahí vi mi error: el centralismo. El conjunto de TODO es la exactitud plena... ahora que tenemos esa vida joven inundada de tantas y tantas cosas. Todo es lo único, la felicidad, la sonrisa, el sentido.
Hablando en términos arcaicos y de incidencia léxica, el otro día, la revisión médica fue muy rapsódica. Gane el concurso de calzoncillos feos... (egque ellos no saben de gustos...).
"... sed libera nos a malo."
¡Salud!, República, estudio y mucha suerte.
sábado, 25 de octubre de 2008
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